Soliloquio: Fragmentos de un Cuerpo Infinito
Julian
La escena está bañada en una suave luz de atardecer. La persona se encuentra de pie, apoyada en un bastón de madera. Se enfrenta a un espejo, que refleja tanto su cuerpo como su alma. Habla con un tono íntimo y melancólico, como si cada palabra fuera un fragmento.
Mirando al espejo con una expresión pensativa
Crecer… una palabra que para muchos significa avanzar, evolucionar. Pero para mí, es un entramado de contradicciones, un constante redescubrimiento de un ser que desafía las definiciones. Soy intersexual, una obra maestra de la naturaleza que no cabe en los marcos convencionales.
Se apoya más en el bastón, casi acariciándolo como un compañero fiel
Diez años. Diez largos años de consultas, exámenes y esperas interminables. Diez años de ser un rompecabezas que la medicina no podía resolver. Y al final, una respuesta. Un diagnóstico que vino como un susurro en la noche, cambiando la narrativa de mi existencia. Como un pintor añadiendo una sombra inesperada a un cuadro ya complejo.
Cierra los ojos por un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas en lo profundo de su ser
Ser intersexual ya era un reto, una danza entre las sombras y la luz. Vivir en un cuerpo que confunde, que desafía las categorías y provoca miradas curiosas y juicios silenciosos. Y ahora, esta enfermedad. Cada paso que doy con este bastón es una prueba de mi fortaleza, un acto de resistencia en un mundo que no siempre entiende mi fragilidad.
Abre los ojos y se enfrenta al espejo con una mirada de acero
Pero en esta lucha, en esta dualidad, he encontrado una verdad más profunda. Crecer no es solo una cuestión de tiempo, es una transformación continua, un proceso de aceptación y de autoafirmación. Cada día, cada dolor, cada momento de duda es una pincelada en el lienzo de mi vida, una nota en la sinfonía de mi existencia.
Acaricia el bastón con una ternura inesperada
He aprendido a amar este cuerpo, este lienzo imperfecto que muchos no pueden comprender. He aprendido a aceptar una mente que a veces se siente atrapada entre dos mundos. Y, sobre todo, he aprendido que ser intersexual y vivir con una discapacidad no me define; me moldea, me embellece, me hace único.
Mirando al horizonte, con una intensidad que desafía la comprensión y la compasión
Soy más que las etiquetas que otros tratan de imponerme. Soy más que un diagnóstico, más que una condición. Soy una persona que ha crecido en la adversidad, que ha encontrado poesía en el dolor y belleza en la lucha. Y mientras continúo este viaje, sé que no estoy solo. Hay otros como yo, otros que también están creciendo, descubriendo su propia voz en el silencio, su propio poder en la vulnerabilidad.
Y con una sonrisa que refleja la paz interior y la esperanza, concluye
Así que sí, estoy creciendo. Cada día, cada momento, cada paso que doy con este bastón. Y esa, esa es mi verdadera obra de arte.
This piece has been translated into English – Soliloquy: Fragments of an Infinite Body.